Quizá no es el refrán más popular pero sin embargo aún se puede escuchar entre la población más veterana. Aunque hoy en día se sabe que es desacertado, pues científicamente el invierno no comienza el día 21 de diciembre, lo cierto es que los sabios que popularizaron este refrán no iban ni mucho menos desencaminados.
La funcionalidad de este refrán popular era la de avisar a la población de las fechas en las que comenzaba el invierno y urgirles a proceder a los ritos previos como las matanzas, las compras de abrigo y terminar las últimas tareas agrícolas del año.
Hay que tener en cuenta que hasta hace menos de un siglo, la mayoría de la población española estaba concentrada en núcleos agrícolas y por aquel entonces existía una alta tasa de analfabetismo por lo que el saber popular se manifestaba en base a refraneros basados en la experiencia y en la practicidad.
Por tanto, si bien noviembre no era (por la posición de los rayos del Sol) un mes invernal, se le consideraba como tal al ser el mes en el que comienzan a entrar en la Península los primeros fríos del año a través de la costa gallega.
Así, se conocían otros refranes que dejaban constancia de noviembre como el primer mes de los fríos y las nieves: "A partir de San Martino, el invierno viene de camino; si le dicen “Detente”, llega por San Clemente; y aunque venga retrasado, por San Andrés ya ha llegado".
El refrán ha sufrido sin embargo varias variaciones a lo largo del tiempo, traduciéndose incluso a otras lenguas. Una de las evoluciones que sufrió, lo que se podría considerar como la versión moderna del refrán, es la siguiente: "De Santos a Navidad, invierno carnal".
Lo cierto es que no es mala época para echar mano al abrigo, pero en los últimos años estas fechas se caracterizan por una oscilación interesante de las temperaturas, pudiendo darse desde temperaturas suaves a precipitaciones de nieve. Las navidades están a la vuelta de la esquina y ya se sabe: si uno se guía por refranes, poco frío le espera.