La vuelta al mundo en 5 platos
Uno de los mayores placeres de viajar es el tener la oportunidad de poder degustar los manjares típicos que nos ofrece la cocina local de aquellos países o regiones a los que viajamos. Con este motivo, hoy iniciamos una vuelta al mundo gastronómica para descubriros los platos más suculentos y típicos de diferentes países.
Perú: Ceviche
Aunque puedes encontrarlo como producto típico en diversos países de Latinoamérica, el origen de este plato parece provenir de este país andino y tener su origen en época precolombina. Tan fuerte es el arraigo de este plato que es considerado como Patrimonio Cultual nacional. Aunque los ingredientes han ido variando con el tiempo, la base es la misma, pescado marinado. Si en épocas prehispánicas se hacían con chicha (bebida alcohólica típica de la zona) o tumbo (una fruta tropical), posteriormente se cambiaron estos por las naranjas amargas y en la actualidad se macera con limón piurano (lima), sal y ají (un tipo de chile). A esta base se le suele añadir cilantro, apio, cebolla y maíz. En cuanto al pescado utilizado, varía mucho dependiendo del restaurante o la región, incluso existen variantes que añaden pulpo o marisco. En Perú encontrarás multitud de cevicherías donde podrás degustar este emblemático plato nacional.
Grecia: Moussaka
Aunque el origen de este plato parece proceder de los Balcanes u Oriente Medio, la receta más extendida es la procedente del país heleno. Las recetas, como pasa en cualquier plato, varían según quién las prepare, pero la base de todas es la misma. Este contundente manjar consiste en una especie de lasagna echa a base de capas de carne picada de cordero rehogada con cebolla y tomate triturado y especiado, que se alternan con capas de láminas de berenjena sofrita. Para rematar, se cubre con una salsa blanca o bechamel. Hay quien discute esta cobertura y cree que tan solo debe añadirse queso feta y gratinarlo. Sea como sea, cualquiera de las variantes es exquisita, así que a disfrutar y ¡καλή όρεξη! (buen provecho).
Marruecos: Pastela
Se trata de un plato típico de los países del norte de África pero, al parecer, su origen podría ser marroquí. No es apto para quienes tiene aversión al contraste de sabores dulce y salado en un mismo alimento, ya que son los dos gustos predominantes. La base de la receta es una crujiente masa filo (brick) rellena de paloma o pollo rehogada con cebolla, almendras y especias, entre las que destaca la canela. Una vez horneada esta especie de empanada de delicada masa filo, se suele servir con azúcar glas y canela espolvoreadas por encima. Se trata de un alimento elaborado (el relleno se suele preparar el día antes), por lo que tradicionalmente se sirve en fiestas, pero es fácil encontrar en los restaurantes de los países como Marruecos, Túnez o Argelia.
Tailandia: Pad Thai
Sin duda uno de los platos estrella de la gastronomía tailandesa. Elaborado tradicionalmente en un wok, está compuesto por fideos (generalmente de arroz) salteados con huevo, brotes de soja, cilantro, pimiento rojo, cacahuetes y todo regado con una salsa elaborada a base de pescado. Puede ir acompañado de trozos de pollo o gambas, incluso, para los vegetarianos, existe la posibilidad de cambiar estos elementos por tofu. Se trata de un plato completo y ligero, pero energizante. En ocasiones puede llevar elementos picantes, para los más atrevidos.
Japón: Ramen
A pesar de que los platos más conocidos de Japón posiblemente sean el sushi, la tempura o las gyozas, lo cierto es que el plato más típico y consumido en el país nipón probablemente sea el ramen. Aunque su origen es la sopa de fideos china, en Japón tiene sus matices y tipologías diferenciadas. No hay una única receta, sino que existen diferentes tipos, no obstante, la base de todos son el caldo (que varía según el tipo) y los fideos (que también pueden variar). Suelen servirse dos tipos diferentes de fideo, el soba, un fideo fino y algo más oscuro de los que conocemos, que están elaborados de harina de alforfón, y los udon, más gruesos y elaborados con harina de trigo. En cuanto a los caldos, los hay a base de pollo y soja, cerdo o miso (una pasta hecha a partir de soja fermentada). Ambo ingredientes se suelen servir en grandes cuencos con otros ingredientes como cebolleta, y láminas de carne o marisco. Para comerlo, suelen utilizar palillos y unos cucharones característicos. Hace falta cierta pericia para comerlos, pero merecen la pena.
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