Hace tiempo que viajar solo dejó de ser algo extraño para convertirse en una práctica habitual entre los viajeros más intrépidos. Aunque todavía hoy son muchos los que piensan que emprender la aventura mochila al hombro resulta algo inquietante para las mujeres, lo cierto es que, afortunadamente, cada vez hay más viajeras solitarias que disfrutan del placer de explorar nuevos lugares con la única compañía de su equipaje.
La elección del destino, eso sí, puede ser una tarea compleja, sobre todo, si es la primera vez que te decides a viajar sola o no tienes muy claro qué esperas de la experiencia. Sin embargo, Europa es un buen punto de partida con escenarios aptos para todo tipo de gustos que no te defraudarán. ¿Pensando en destinos para viajar sola? ¡Toma nota!
La vecina Portugal es una tierra llena de encanto en la que, no solo tendrás oportunidad de conocer paisajes de cuento, sino que podrás hacerlo disfrutando de la amabilidad de sus gentes. Aunque son muchos los pueblos y ciudades susceptibles de convertirse en interesantes destinos para viajar sola, para una escapada de fin de semana o un puente, Lisboa, Oporto y Sintra son más que recomendables.
La capital de Portugal no defrauda al visitante y es que, envuelta en cierto halo de decadencia y melancolía, hace gala de una belleza singular. La desembocadura del Tajo y las colinas que flanquean la ciudad aportan el toque natural que completa sus encantos. Con los fados como banda sonora, lo mejor es perderse por sus estrechos callejones y sentir el ambiente del histórico barrio de La Alfama o el animado Barrio Alto. Eso sí, en el capítulo cultural, no puedes dejar de visitar el Castillo San Jorge, La Baixa, la Plaza del Comercio, la Torre de Belém o el Monasterio de los Jerónimos y, por supuesto, no olvides montar en el mítico tranvía 28 para adentrarte en el corazón de Lisboa como un auténtico local.
Pero si el encanto de Lisboa tiene un pie en el pasado, Oporto parece haberse quedado congelada en el tiempo a comienzos del siglo XX y, como en el caso de la capital, ese es, precisamente, parte de su encanto. Casas de colores salpican una ciudad en la que la propia J.K Rowling encontró la inspiración para su mítica saga. La librería Lello & Irmão es parada obligada para los amantes de Harry Potter aunque tampoco te puedes perder la playa de los Matosinhos, el mercado de Bolhao (uno de los mercados más bonitos de Europa), los puentes que cruzan la ciudad, sus bodegas y, cómo no, su gastronomía.
Si las distancias no son un problema para ti y la idea de sucumbir a la belleza de paisajes de naturaleza infinita te resulta más que atractiva, tu destino para viajar sola más interesante puede ser Islandia. El país ha experimentado un creciente interés turístico y no es para menos. Desde visitar este tesoro del norte de Europa en un viaje organizado a hacer un road trip de varios días, sea cual sea tu opción, tiene muchas posibilidades de convertirse en el viaje de tu vida.
Manantiales con aguas termales, acampar a los pies de la cascada de Skogafoss, visitar Reikiavik (la capital más septentrional del mundo), contemplar cómo erupcionan los géiseres en Geysir, maravillarte con auroras boreales… Hay tanto donde elegir que no te costará marcarte una hoja de ruta para un viaje inolvidable.
¿Tus planes pasan por hacer una escapada de fin de semana? ¿Te consideras más cosmopolita que amante de los paisajes naturales? Viena, la capital de Austria, es otro de los destinos para viajar sola más recomendables, sobre todo, si disfrutas con la arquitectura y el chocolate. Esta ciudad imperial del centro de Europa esconde multitud de tesoros en forma de construcciones monumentales que no te dejarán indiferente.
Si no tienes muchos días, hacer un free tour por la ciudad puede ser interesante, sobre todo, para conocer los edificios más emblemáticos del centro y algo de la historia que ha marcado el desarrollo de la ciudad. Aunque, más allá de la visita guiada, en tu viaje no puede faltar una parada en el Palacio Imperial del Hofburg, el palacio de Schonbrunn (aunque tendrás que reservar al menos un día entero si quieres verlo al detalle) o el Palacio del Belvedere. Además, otras de las cosas que hacer en Viena que no te puedes perder son subir a la torre de Stephansdom (la Catedral de San Esteban) que con sus 136 metros de altura te brindará una panorámica de lujo de la ciudad y deleitar al paladar con un trozo de tarta Sacher o un strudel de manzana.
¿Lista para elegir tus próximos destinos para viajar sola?