La vivienda es uno de los bienes que, con frecuencia, supone una mayor inversión y, tal vez por eso, mucha gente opta por el alquiler frente a las temidas hipotecas. Ser propietario de un inmueble supone, por tanto, una oportunidad más que factible de conseguir unos ingresos extra dando respuesta a una de las demandas más populares del mercado.
Las condiciones en las que te decidas a colocar tu casa en el parque inmobiliario del alquiler determinarán, en parte, el éxito de tus objetivos. En este contexto, contar con un seguro de impago de alquiler será, sin duda, uno de tus grandes aliados. Y es que, tan cierto como que arrendar una vivienda supone un flujo relativamente constante de ingresos, lo es que la experiencia puede no resultar tan gratificante como esperabas.
En ocasiones, la firma de un contrato de alquiler de vivienda supone una auténtica condena para los propietarios que asisten atónitos a las malas praxis por parte de sus inquilinos. El impago de las rentas, los incumplimientos reiterados de las cláusulas del contrato o, en el mejor de los casos, el abandono sin previo aviso del inmueble con uno o varios recibos de suministros pendientes, son sólo algunas de las escenas a las que es posible que tengas que enfrentarte como arrendador.