El mercado del alquiler está en auge y, prueba de ello, son los precios que se manejan, sobre todo, en los centros de las grandes ciudades que, a su vez, dificultan en muchos casos, acceder a la vivienda en capitales como Madrid o Barcelona. La obtención de un beneficio económico mediante el arrendamiento es una de las principales motivaciones para los propietarios que se deciden a lanzar sus inmuebles al sector.
Sin embargo, no es menos cierto que tener que hacer frente a un desahucio por falta de pago es la mayor preocupación que atenaza a cualquier arrendador indeciso. Aunque los procedimientos al respecto se agilizaron hace algunos años con la entrada en funcionamiento del llamado desahucio express, lo cierto es que, a día de hoy, la cuestión de cómo echar a un inquilino que no cumple con sus obligaciones contractuales continúa siendo el principal motivo de reticencias a la hora de alquilar una vivienda en propiedad.
¿Cómo actuar en caso de impago? ¿Cuánto tarda un desahucio? ¿Qué hacer para echar a un inquilino que no paga? Estas y otras cuestiones similares vinculadas al desahucio por impago de alquiler son fuente habitual de preocupaciones, algo inevitable que, por otro lado, puede minimizarse contratando un seguro de impago de alquiler.
El incumplimiento del contrato de alquiler, en términos de renta, es uno de los problemas más frecuentes a los que puedes enfrentarte si eres arrendador. No obstante, hay fórmulas para proteger tus intereses ante este tipo de situaciones. Como decíamos, contar con un es una herramienta extremadamente útil en estos casos, entre otras cosas, porque te permitirá hacer frente al proceso de desahucio del inquilino sin complicaciones.
El llamado desahucio express no es sino una respuesta frente a la actitud de un inquilino que ha dejado de abonar las rentas u otras obligaciones económicas tales como suministros, impuestos u otros gastos recogidos en el contrato. En la práctica, este tipo de demandas pueden interponerse ante el primer impago y las modificaciones de la normativa, han reducido sensiblemente los plazos que, si bien antes podían dilatarse durante años, ahora no suelen ir más allá de los seis meses, aunque en el proceso intervienen diferentes factores como la saturación de los juzgados, si se notifica o no previamente al inquilino mediante burofax la situación así como cuál es el objetivo que persigues con la demanda (pago o resolución del contrato).
La comunicación con el inquilino es fundamental pero cuando la vía del diálogo no surte efecto, habrás de recurrir a aquellas acciones legales a tu alcance para tratar de resolver la situación. Si bien es cierto que las modificaciones en la legislación han eliminado la obligatoriedad de comunicar por burofax la reclamación de las rentas pendientes, su envío no está de más. Si optas por esta comunicación, habrás de esperar más pero, en el caso de interponer demanda directamente, el inquilino deberá responder en un plazo de 10 días tras los cuales, si no ha cumplido con la reclamación económica o abanado la vivienda, se celebrará el juicio y, tras ser dictada la sentencia, se fijará fecha para que el desahucio se haga efectivo.
En cualquier caso, el acompañamiento durante el proceso de un buen profesional es la mejor garantía para agilizar los trámites y resolver la situación para que, en el menor espacio de tiempo, puedas recuperar tu inmueble.
La teoría al respecto de cómo echar a un inquilino ‘moroso’ parece clara, sin embargo, muchas cuestiones relativas al desahucio de un inquilino requieren de ciertos conocimientos legales desconocidos para el común de los mortales. Un seguro de impago de alquiler no sólo es una garantía para el cobro de las rentas no abonadas por los arrendatarios en cuestión sino que, además, ofrece una serie de coberturas extras que minimizarán el desconsuelo que, con frecuencia, supone tener que hacer frente a este tipo de situaciones.
Las pólizas relativas al alquiler se adaptan a las necesidades particulares en cada caso aunque, en líneas generales, se concretan en un completo asesoramiento legal, necesario para resolver con éxito situaciones de desahucio. El abono de las rentas en función de la opción contratada, la redacción y revisión de documentos, la reclamación por daños en la vivienda alquilada o la defensa del arrendador en los procesos judiciales que haya de emprender para echar al inquilino son garantías que también pueden incluirse para salvaguardar tus interese como arrendador.