La idea de convertirse en propietario de una vivienda resulta de lo más seductora pero, aún más, si se trata de un inmueble al que puedes sacar rentabilidad. El mercado del alquiler ofrece la posibilidad de convertir una segunda residencia en una fuente de ingresos extra. La perspectiva de colgar el cartel de ‘se alquila’ en tu casa siempre despierta ciertos recelos pero contratar un seguro de impago de alquiler se ha convertido en la mejor herramienta para salvaguardar tus intereses.
En un escenario ideal, la mayor preocupación que puede amenazar tu inversión es tener algún tipo de avería o eventualidad relacionada con los suministros o electrodomésticos que poco o nada tengan que ver con tu inquilino. Este tipo de situaciones suelen resolverse con un seguro de hogar pero, si la cosa se tuerce, una póliza que salvaguarde la integridad del inmueble o el pago de las rentas y te provea del asesoramiento necesario para recuperarlo será tu mejor aliada.
Si estás pensando en el alquiler de tu vivienda, conocer a tu inquilino y armarte con los recursos necesarios para poder hacer frente a situaciones complicadas con garantías es una cuestión a tener muy presente.
Plantearse el alquiler de una vivienda es sinónimo de dudas. Cuestiones como a quién corresponde el pago de según qué tributos, la reparación de ciertos desperfectos, plazos y duración del contrato, fianza o avales son, con frecuencia, algunas de las interrogantes que hay que despejar y dejar bien claras sobre el papel antes de rubricar cualquier acuerdo.
Sin embargo, más allá de lo estipulado en el contrato de obligado cumplimiento, hay un escenario capaz de provocar desvelos en cualquier propietario: el impago de las rentas. La imposibilidad de hacer frente a las mensualidades por parte de inquilino es una situación que, con mayor o menor frecuencia, amenaza a las viviendas en alquiler pero también una de las coberturas principales del seguro vinculado al arrendamiento.
Estos productos garantizan al arrendador el cobro de las cuotas que el arrendatario haya dejado de pagar, eso sí, en función de las condiciones particulares de la póliza. A este respecto, el seguro de impago de alquiler se presenta en varias modalidades, siendo esta una cobertura flexible que permite elegir entre 6, 9 ó 12 meses de impagos.
Reparación de daños por actos vandálicos: El impago del alquiler no es el único daño que pueden ocasionarte unos inquilinos malintencionados. Es posible que, una vez abandonen el inmueble, tengas que enfrentarte a desperfectos ocasionado en su interior. Un seguro de impago de alquiler incluye esta eventualidad entre sus coberturas así como los gastos de cerrajero y cambio de cerradura.
Aunque el pago de las rentas es la preocupación principal para muchos propietarios, lo cierto es que no es la única situación desagradable que puede amenazar tu propiedad. Un inquilino inapropiado puede convertirse en una auténtica fuente de problemas que no sólo amenacen el cobro de las mensualidades, sino que, además, terminen por convertir tu propiedad en un escenario más propio de una batalla campal.
Para evitar posibles complicaciones ‘a posteriori’, contratar un seguro de impago del alquiler es una herramienta de lo más útil. No sólo se trata de garantizar el abono de las cuotas estipuladas en el contrato de arrendamiento sino de tener una protección integral que parte de una buena elección de tus arrendatarios. En este sentido, la elaboración previa de un estudio de viabilidad de tus inquilinos es fundamental para minimizar riesgos.
Tampoco es una ciencia exacta y cualquiera puede verse inmerso en una mala racha que termine con el impago de las cuotas del alquiler sin que nada condujese a pensar en algo así en el momento de la firma del acuerdo. Situaciones excepcionales al margen, algunos inquilinos son, además de morosos, un auténtico tornado para la conservación del inmueble y, en consecuencia, no está de más que el seguro de impago del alquiler incluya coberturas como la reparación de daños por actos vandálicos en el interior de la vivienda, los gastos de cerradura y cerrajero por desahucio, la reclamación por incumplimiento de contrato o un asesoramiento jurídico que te ayude a saber cómo actuar ante según qué situaciones. ¿Hablamos?