El mundo globalizado ha traído multitud de avances a la hora de movernos de un lugar a otro y, aunque no todo son ventajas, lo cierto es que resulta mucho más sencillo viajar de una ciudad a la siguiente y disfrutar de la experiencia sin sobresaltos. Una de las herramientas más prácticas a la hora de emprender unas vacaciones es llevar una tarjeta de crédito en la cartera. No es necesario utilizarla, basta con saber que la tienes para moverte con la tranquilidad de que, en caso de que surja un imprevisto, puedes hacer uso de ella. De la misma manera actúa un buen seguro de viaje y es que, aunque no podrás acudir a un cajero para recurrir a sus servicios, contratar una póliza de seguro te permitirá estar a una llamada de solucionar cualquier incidencia.
Lo que muchos viajeros desconocen es que, en función de la tarjeta de crédito que te acompañe, es posible que lo haga también un seguro de viaje internacional, accidentes o similares. La póliza de seguro, en estos casos, suele estar incluida de manera gratuita en la propia tarjeta de crédito pero ¡ojo! No todas son iguales y, en muchos casos, el viajero desconoce al detalle cuáles son las coberturas.