A pesar de que geográficamente se encuentra más cerca de América que de Europa, Groenlandia es una región autónoma que pertenece a Dinamraca. Conocida por los vikingos y, sobre todo, por sus esquimales, aunque ellos prefieren llamarse inuits, esta tierra de hielo azul y blanco es la segunda isla más grande del mundo tras Australia.
El sudeste de Groenlandia es la zona más turística, puesto que allí se encuentran algunas de las poblaciones que no están cubiertas de hielo como son Qaqortoq, Igaliku y Narsaq, con una verde vegetación. La ciudad de Qaqortoq (‘la blanca’), con unos 3.000 habitantes, es la capital del sur de Groenlandia. Cerca de ella, en Hvalsey, se encuentran las ruinas de la iglesia vikinga que mejor se ha conservado hasta nuestros días. La ciudad de Narsaq, hermanada con Vigo, que significa ‘llanura’ es otra de las ciudades más pobladas de la zona.
La ciudad de Igaliku, una de las más bonitas y pintorescas de toda la región gracias a sus casas de colores y las aguas azules del fiordo, es conocida por las ruinas de Garðar, la que fuera en la antigüedad la sede del arzobispado católico de los vikingos. En ella aún se mantienen las ruinas de la antigua catedral y también existe un pequeño museo. Esta localidad, Igaliku, y el glaciar de Qooroq son los mayores atractivos de la zona. Este último se compone de icebergs de numerosas y muy distintas formas y tamaños.
Cabe destacar que en este mismo fiordo verde se encuentra la pequeña aldea de Tasiusaq, que se compone de tan solo dos granjas, pero que cuenta con unas magníficas vistas a la bahía conocida como “La bahía del hielo”.
La temporada turística es en verano, sobre todo agosto y septiembre, meses en los que se pueden observar las auroras boreales. Pero no esperes encontrar a mucha gente, ¡por eso es uno de los mejores lugares del mundo para desconectar!
Además de contemplar unas espectaculares vistas de los fiordos groenlandeses y manadas de caribúes -renos de la zona-, se pueden practicar diferentes deportes como navegar por el mar entre icebergs, hacer senderismo por los largos caminos sin asfaltar -en Groenlandia no hay carreteras- o hacer trekking en los glaciares. Otra práctica muy extendida es la pesca, siendo el bacalao y la trucha las especies más comunes.
Para conocer más acerca de la historia y cultura de Groenlandia, es de obligada visita el Museo Nacional en la capital, Nuuk. En este espacio etnográfico se exponen, entre otros objetos, antiguas piezas groenlandesas como kayaks, trajes de esquimales (o inuits), maquetas de las casas tradicionales y las ocho momias de Qilakitsoq. Además, podrás conocer de cerca a los groenlandeses si tienes la suerte de que te inviten a un Kaffeemik, un evento en casa el que se reúnen para tomar café con pasteles.
Como ves, Groenlandia es un destino perfecto para tus vacaciones. Pero la naturaleza cambiante e implacable que le da su cercanía al polo norte puede afectar a tu viaje y empañar un viaje perfecto. Así que no lo dudes, si estás planeando un viaje a Groenlandia, ¡asegura tu tranquilidad con el seguro de viaje de Allianz Assistance!