No existen las vacaciones perfectas para todo el mundo. Mientras unos sueñan con retiros paradisíacos en alguna isla remota del Caribe, otros piensan en aprovechar los días libres para embriagarse del contacto de la naturaleza. Los hay, incluso, que esperan durante meses para descubrir culturas totalmente diferentes o, sencillamente, visitar enclaves más allá de las fronteras que les permitan adivinar la belleza de sus territorios.
Cada viajero es un mundo pero muchos (cada vez más) optan por dedicar su tiempo de ocio a practicar turismo cultural. En este capítulo, el circuito protagonizado por las ciudades de Praga (República Checa), Viena (Austria) y Budapest (Hungría) es uno de los más demandados. Ubicadas en pleno corazón del viejo continente, las tres capitales son algunas de las ciudades imperiales europeas más populares.
Su patrimonio histórico y cultural o su gastronomía son solo algunos de los reclamos de esta ruta europea, perfecta para unas vacaciones. Pero ¿cómo sacar el máximo partido a la experiencia? ¿Qué necesitas para culminar con éxito el circuito? ¿Por dónde empezar? Si estás decidido a hacer las maletas y poner rumbo a las emblemáticas capitales, aquí van unos consejos útiles que te ayudarán a disfrutarlas sin sobresaltos.
Está claro que sobran los motivos para visitar Praga, Viena y Budapest pero ¿cuál es el mejor momento para hacerlo? Como en muchos otros destinos europeos, la temporada alta corresponde a los meses estivales por lo que, si tienes opción de evitarlos, puedes ahorrar en el presupuesto. La primavera y el principio del otoño son las mejores épocas, no solo porque la climatología es más amable, sino porque evitarás el encarecimiento de los precios y la masificación del turismo.
Decidida la fecha de tu viaje, lo ideal es empezar a pensar en los vuelos y transportes. Si tienes poco tiempo (diez días es un plazo razonable para conocer las tres ciudades), conviene aterrizar en Praga o Budapest y volver desde la última ciudad que visites. No obstante, a veces compensa coger billete de ida y vuelta al mismo aeropuerto, por lo que deberás tomarte tu tiempo a la hora de buscar la mejor opción.
Si optas por desplazarte entre Praga, Viena y Budapest, en autobús o tren, también puedes hacerte con los billetes con antelación, lo mismo que si piensas en alquilar un coche. Hacerte una lista de tareas para ir completando niveles como previa a tu partida te resultará muy útil.
¿Sabías que pese a formar parte de los estados miembros de la Unión Europea tanto la República Checa como Hungría no forman parte de la zona euro? Tranquilo. En materia de documentación, esta condición no implica trámites especiales ya que bastará con tu DNI o Pasaporte para poder recorrer los encantos de Praga o Budapest sin sobresaltos.
Sin embargo, sí que afectará a tus transacciones comerciales allí y es que, ambas ciudades tienen su propia moneda. En Budapest (Hungría) emplean el florín húngaro mientras que, en el caso de Praga (República Checa) la moneda de curso legal son las coronas. En viena no tendrás que preocuparte porque han adoptado el euro.
Has comprado tus billetes, tienes claro el itinerario que seguirás tanto en Praga, como en Viena y Budapest, tus reservas de alojamiento están confirmadas, ya sabes dónde cambiarás tu dinero y hasta cuentas con una tarjeta que te permite pagar en estas capitales europeas sin cobrarte comisiones… ¿No echas nada en falta? Para que nada arruine tus planes, solo tienes que añadir a tu lista de tareas contratar un seguro de viaje.
No solo estarás protegido ante cuestiones como la pérdida de tus maletas, un problema de salud o un malentendido con la autoridad, sino que, además, podrás recuperar tu inversión en caso de que debas suspender tus vacaciones. No está mal ¿verdad? Ahora sí, ya está todo listo para empezar a preparar las maletas para tu circuito por Praga (República Checa), Viena (Austria) y Budapest (Hungría).