La máxima ‘Si no puedes con tu enemigo, únete a él’ puede ser aplicable en nuestros viajes cuando nuestro itinerario aéreo nos obliga a hacer una escala larga. Verse obligado a esperar unas horas entre vuelo y vuelo no tiene porqué ser un trámite necesario y pesado sino que puede convertirse en una oportunidad preciosa para conocer una nueva ciudad en un país diferente.
Algunas, además, te lo ponen muy fácil: en estas ciudades es posible abandonar el aeropuerto con un visado sin coste y en no pocas ocasiones, las propias compañías aéreas ofrecen excursiones gratuitas a los viajeros en tránsito. Así las cosas, puede resultar interesante retrasar un poco la hora de llegada, ¿verdad?