Viajar a Polonia es un elección que gana adeptos aunque, en ocasiones, Varsovia no entra en los planes de los viajeros. No obstante, si vas buscando destinos baratos, no puedes dejar de considerarla como uno de los más recomendables. Si bien es cierto que la renacida capital polaca suele verse eclipsada por Cracovia y sus alrededores (con las espectaculares minas de sal de Wieliczka o el tristemente conocido campo de concentración de Auschwitz), esta ciudad, la más grande del país, tiene multitud de escenarios que visitar y una historia contemporánea que puede descubrirse a través de sus calles, edificios y monumentos.
¿Sabías que Varsovia fue destruida prácticamente por completo durante la Segunda Guerra Mundial y, sin embargo, su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco? En 1945 la ocupación nazi había dejado tras de sí la destrucción de cerca del 85% de los edificios históricos de la ciudad, una devastación especialmente virulenta tras el Levantamiento de Varsovia un año antes.
Con la llegada del ejército ruso y la declaración del país como República Popular Polaca comenzaría la reconstrucción de la ciudad cuyo centro histórico recibiría el reconocimiento de la Unesco en la década de los ochenta. No obstante, la capital polaca es mucho más que su historia reciente y hemos seleccionado algunos de los puntos más interesantes que ver si estás pensando en una escapada de fin de semana.
El centro histórico de Varsovia (Stare Miasto) es, sin duda, una parada obligada para todo aquel que quiera conocer los lugares más emblemáticos de la ciudad en apenas 48 horas. Un simple paseo permite al visitante adivinar los hitos históricos que han marcado la vida de la capital aunque, para hacerlo aún más fácil, estos algunos de los lugares que ver más interesantes:
- Plaza del Mercado: Perderse por las callejuelas y plazas de la Ciudad Vieja de Varsovia es toda una experiencia que regala escenarios como la Plaza del Mercado donde, entre otras cosas, pueden contemplarse edificios dedicados a diferentes gremios. Las fachadas de los mismo están pintadas de colores (algo muy característico en las ciudades polacas) y evocan su esencia gótica y renacentista devastada por los alemanes. Hoy en día es una animada plaza, llena de bares y locales en la que, además, puede contemplarse la Sirena de Varsovia, emblema del escudo de armas de la ciudad.
- Plaza del Castillo y Castillo Real: Son otros de los puntos emblemáticos que visitar. Entre los encantos de la Plaza del Castillo (flanqueada por la iglesia de Santa Ana desde cuya torre pueden contemplarse unas de las mejores vistas del centro), está la Columna de Segismundo III, responsable de trasladar a la capital de Cracovia a Varsovia en 1596. Además de multitud de viviendas históricas, la plaza es también la ubicación del Castillo Real, residencia de los monarcos polacos hasta 1795, hoy convertido en museo.
- Barbacana: Muy próxima a la plaza del Mercado, esta antigua torre defensiva del siglo XV es uno de los pocos vestigios que quedan de la antigua fortificación de la ciudad. No obstante, merece la pena contemplar lo que queda del conjunto defensivo en ladrillo de intenso color rojizo. Además, siguiendo la muralla defensiva también encontrarás el monumento al pequeño insurgente, un homenaje a los niños soldados caídos durante el Levantamiento de Varsovia.
- Sinagoga Nozyk y Gueto de Varsovia: Cerca de 400.000 judíos fueron confinados en el Gueto de Varsovia durante la II Guerra Mundial convirtiéndolo en uno de los más famosos y del que hoy apenas se conservan algunos de los muros que lo delimitaron. Lo que sí puede visitarse aún es la sinagoga de Nozyk, un templo de finales del siglo XIX en activo actualmente que, durante la época de la guerra, fue empleado por el ejército nazi como almacén.
- Monumento al Levantamiento de Varsovia: La ciudad nueva es otro de los escenarios que visitar y, entre las muchas cosas que ver en ella, para una ruta de dos días nos quedaremos con el monumento al Levantamiento de Varsovia. Durante más de dos meses, soldados, civiles y hasta niños de la resistencia polaca trataron de liberar sin éxito la ciudad de la ocupación nazi. Este grupo escultórico de 1989 es un tributo a todos aquellos que perdieron la vida en la defensa de la ciudad.
La capital polaca tiene mucho que visitar, de hecho, es uno de los destinos baratos que puedes encontrar para una escapada por Europa. Pese a ser la ciudad más grande del país, un par de jornadas te permitirán conocer buena parte de su historia e, incluso, dejarte con ganas de más por si decides volver en el futuro con más tiempo. No obstante, tanto si vas para un par de días como si tienes algo más de margen, es importante que, antes de partir, contrates un buen seguro de viaje.
Aunque no es un requisito indispensable para entrar al país, puede serte de gran utilidad ante situaciones que, a priori, podrían complicar tu viaje. ¿Imaginas tener que cancelar tu escapada en el último momento? ¿Llegar al aeropuerto y descubrir con asombro que tus maletas no están? ¿Visitar una exposición y dañar por accidente alguna de las obras? ¿Que una dolencia te sorprenda recién aterrizado y obligue a tu traslado urgente de vuelta a casa? Con un seguro de viaje no tendrás que preocuparte si un contratiempo amenaza tu escapada. ¿Hablamos?