En otras ocasiones te hemos contado el origen de expresiones como “martes 13, ni te cases ni te embarques” o “hacerse el sueco”. Esta vez te explicamos de dónde procede y qué significado tiene realmente “a quien madruga Dios le ayuda”, un refrán que, seguro, habrás escuchado más de una vez si eres perezoso o cada mañana se te pegan las sábanas.
A pesar de que proceda de la tradición oral, se tiene constancia de que se citó en El Lazarillo de Tormes, libro de autoría anónima publicado en 1554 que narra la vida de un pícaro del siglo XVI. Aunque no con las mismas palabras, una expresión similar aparece en El Quijote: “El que no madruga con el sol no goza del día”.
A quien madruga Dios le ayuda no solo quiere decir que a quien se levante pronto por la mañana le irá bien el día, sino que, en términos generales, la vida le irá mejor a aquellos que son proactivos y que toman la iniciativa. Así pues, con este dicho se recomienda al otro que se esfuerce, que sea diligente para tener éxito en lo que se proponga. Pero no siempre ocurre así, ya que a este refrán se le suele contraponer otro según el cual “no por mucho madrugar amanece más temprano”.